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MOVILIDAD ECONÓMICA Y FUTURO DEL TRABAJO
Nuevo plan empresarial de Estados Unidos
(Start Us Up Now)
Si vamos a crear nuevos empleos, debemos apoyar a los emprendedores. Sin embargo, los formuladores de políticas siguen priorizando a las grandes empresas establecidas por sobre las nuevas empresas. El resultado: los emprendimientos se han mantenido al mismo nivel durante 20 años, en parte debido a que las mujeres, las personas de color y los pobladores rurales carecen de acceso igualitario a las herramientas necesarias para iniciar nuevos negocios.
Trabajo, habilidades, comunidad: restablecer las oportunidades para la clase trabajadora
Los autores de este informe se reunieron en los meses posteriores a las elecciones de 2016 para desarrollar un plan de acción. Convocamos a un grupo de académicos —mitad de derecha, mitad de izquierda— y luego pasamos un año analizando las causas del malestar de la clase trabajadora y debatiendo posibles soluciones a través de políticas. Nos esforzamos por lograr un consenso bipartidista, lo cual estaba lejos de ser fácil en un año en el que la política estadounidense estaba más polarizada que en ningún otro momento de la historia. Como resultado, produjimos un conjunto de recomendaciones que esperamos que demócratas y republicanos se unan para promulgar en el Congreso, con el fin de detener el declive de las comunidades de clase trabajadora y construir puentes para que vuelvan a tener oportunidades en la sociedad estadounidense.
Nuestra definición de clase trabajadora: personas con diploma de secundaria que no han obtenido un título universitario de cuatro años y viven en hogares que se encuentran entre los percentiles de ingresos 20 y 50, es decir, que perciben aproximadamente entre 30,000 y 69,000 dólares al año para dos adultos y un niño. Incluimos a los estadounidenses de todas las razas y etnias. Un obrero de fábrica despedido en Ohio o un ama de casa latina en Los Ángeles: cuando echamos un vistazo a la clase obrera de Estados Unidos, vemos más similitudes que diferencias.
Nuestro informe comienza con una descripción: ¿quiénes conforman la clase obrera?, ¿dónde viven?, ¿qué nivel de educación tienen?, ¿trabajan?, ¿en qué tipo de trabajos?, ¿cuánto ganan?, ¿cuántos bienes poseen? También identificamos sus crecientes problemas —la disminución de su participación en la fuerza laboral, la caída de las tasas de matrimonio, las familias monoparentales, las muertes por opiáceos— y los plasmamos en un mapa.
Los tres capítulos siguientes contienen las soluciones que proponemos: ideas para la creación de puestos de trabajo, el aumento de los salarios, la reincorporación de los trabajadores a la fuerza de trabajo, la modernización de la educación y la capacitación laboral, el fortalecimiento de las comunidades y el fortalecimiento de las familias.
Modernización del seguro de desempleo para la naturaleza cambiante del trabajo
FUTURE OF WORK INITIATIVE DE INSTITUTO ASPEN es una iniciativa no partidista para identificar formas concretas de abordar los desafíos que enfrentan los trabajadores y las empresas estadounidenses debido a la naturaleza cambiante del trabajo en el siglo XXI. Creada en 2015, esta iniciativa es impulsada por los copresidentes honorarios —el senador Mark R. Warner y el presidente de la Universidad de Purdue y ex gobernador de Indiana Mitch Daniels— y los copresidentes John Bridgeland y Bruce Reed. El director ejecutivo Alastair Fitzpayne dirige un equipo del Instituto Aspen, con sede en Washington, DC. Para más información, visite www.aspeninstitute.org/futureofwork.
Creado en 1935, el Seguro de Desempleo (UI) es un pilar central del sistema de seguridad social de los trabajadores estadounidenses. El programa de UI —que es supervisado por el Departamento de Trabajo de EE. UU. y administrado por los estados— recauda los impuestos sobre la nómina salarial de los empleadores para asegurar a los trabajadores contra la pérdida inesperada de empleo. Los trabajadores elegibles que quedan desempleados por causas ajenas a su conducta pueden recibir un apoyo económico temporal mientras buscan un nuevo empleo. En 2016, el programa pagó 32,000 millones de dólares a 6.2 millones de personas desempleadas.
El auge de la economía de expertos
En el último cuarto de siglo, la tecnología ha generado una revolución democrática en cuanto al acceso a la información, que ahora es barato, inmediato, ilimitado y fácil. Hasta ahora, ese vasto universo de información no nos ha hecho mucho más inteligentes en la forma de utilizar nuestro tiempo, elegir nuestros líderes o resolver nuestros problemas comunes. Estamos expuestos a más datos de los que podemos procesar, más hechos de los que podemos creer, más realidad de la que podemos verificar. Compartimos enlaces, likes, fotografías y videos de gatos. Usamos aplicaciones para compartir viajes y habitaciones de alquiler o encontrar pareja. Sin embargo, por naturaleza, parece que lo que menos compartimos es lo que más podría ayudarnos: lo que sabemos. La Era de la Información no es, de ninguna manera, la Era de la Sabiduría.
El valor económico
de los jóvenes-oportunidad
En los primeros años de la edad adulta, es importante que los jóvenes adquieran habilidades adicionales mediante estudios superiores, capacitación y experiencia laboral. Sin embargo, muchos jóvenes estadounidenses no están matriculados en una institución educativa ni participan en el mercado laboral, es decir que no están invirtiendo en su capital humano ni obteniendo ingresos. Su desconexión constituye una pérdida significativa de oportunidades económicas para la nación. Este informe examina la situación de este segmento de “jóvenes-oportunidad”. Para el grupo etario de 16 a 24 años, estimamos que al menos 6.7 millones (17 %) son actualmente “jóvenes-oportunidad”. Estos jóvenes en su mayoría son varones y pertenecen a minorías, pero representan tasas sustanciales en todos los grupos juveniles. Los jóvenes-oportunidad pueden haber abandonado la escuela secundaria o los estudios superiores y no haber podido trabajar; pueden haber estado en contacto con el sistema de justicia penal; pueden tener problemas mentales o de salud que hayan inhibido sus actividades; o pueden tener responsabilidades de cuidado en sus familias.
Algunos jóvenes-oportunidad son “crónicos”: no han ido a la escuela ni trabajado en ningún momento después de los 16 años. Otros están “sub-integrados”: a pesar de haber realizado algunos estudios y haber tenido alguna experiencia laboral después de los 16 años, estos jóvenes no han progresado en los estudios superiores o logrado integrarse en forma estable al mercado laboral. Estimamos una población de jóvenes-oportunidad crónicos de 3.4 millones y una población de jóvenes sub-integrados de 3.3 millones. Ambos grupos están fracasando en construir una base económica para la independencia en la adultez.
Mapa de ruta nacional para los jóvenes-oportunidad
Hay 6.7 millones de jóvenes de 16 a 24 años –casi el 17 % de su grupo etario– que no asisten a un establecimiento educativo ni tienen trabajo. Estos jóvenes-oportunidad no son un grupo homogéneo; tienen historias singulares y su situación se debe a una variedad de razones. Estados Unidos debe convertir la reintegración de estos jóvenes en una prioridad nacional. Al hacerlo, necesitamos establecer un objetivo de acción audaz que pueda concretarse comunidad por comunidad, estado por estado, y en toda la nación. Como nación, deberíamos fijar una meta para reducir a la mitad la cantidad de jóvenes-oportunidad para 2020.
Jóvenes-oportunidad: la juventud olvidada de Estados Unidos
Hay millones de jóvenes de 16 a 24 años que no asisten a un establecimiento educativo ni tienen trabajo. Le cuestan a la nación miles de millones de dólares por año durante toda su vida en pérdida de productividad y aumento de los servicios sociales. También representan una oportunidad para que la nación aproveche el talento de millones de posibles líderes y trabajadores productivos en un momento en que la brecha de cualificaciones de Estados Unidos es significativa. El mensaje central de este informe es que, si bien estos jóvenes enfrentan importantes desafíos en la vida, la mayoría de ellos tienen inicialmente grandes sueños y siguen confiando o esperando poder alcanzar sus objetivos; la mayoría acepta la responsabilidad por su futuro y busca reintegrarse en la escuela, el trabajo y el servicio. Ellos mismos señalan cómo podrían reintegrarse efectivamente en la educación, el trabajo productivo y la vida cívica.
En nombre de Civic Enterprises y America’s Promise Alliance, Peter D. Hart Research Associates llevó a cabo en agosto de 2011 una encuesta representativa a nivel nacional a jóvenes-oportunidad en 23 locaciones diversas de Estados Unidos para identificar elementos comunes en sus historias personales y sus vidas actuales, y para explorar oportunidades para volver a integrarlos al trabajo y la educación. En el momento de la encuesta, los encuestados tenían entre 16 y 24 años, no asistían a ningún establecimiento educativo ni planeaban hacerlo el año siguiente, no trabajaban y no habían obtenido un título universitario. Además, no estaban discapacitados como para verse impedidos de trabajar a largo plazo, no estaban encarcelados y no eran padres o madres que se quedaban en casa cuidando hijos mientras su cónyuge trabajaba.
Los fundamentos económicos de invertir en los jóvenes-oportunidad
El impacto económico de la juventud-oportunidad recae sobre los propios jóvenes, los contribuyentes y toda la sociedad. Los jóvenes-oportunidad tienen menos probabilidades de tener un empleo y más probabilidades de depender del apoyo estatal. Tienen peor estado de salud y es más probable que participen en actividades delictivas. Desde una perspectiva exclusivamente económica, dejando de lado importantes cuestiones de equidad social, se están perdiendo oportunidades a gran escala. El total de las pérdidas económicas asociadas a la juventud-oportunidad es enorme. Hay pérdidas inmediatas durante la juventud y hay pérdidas a largo plazo a medida que estos jóvenes no logran prosperar. Estas pérdidas se pueden calcular desde varias perspectivas: para el contribuyente y la sociedad; por subgrupos de jóvenes; por nivel de gobierno; y para comunidades individuales. Para evitar que estas pérdidas se perpetúen en las cohortes actuales y futuras, es fundamental comprender las políticas existentes para el sector de jóvenes-oportunidad.
Vías empresariales: hacia un plan de acción nacional para la educación profesional y técnica
Como otras economías han superado a los EE. UU. en crecimiento de la clase media, la fortaleza de nuestra economía en general está en peligro. Para triunfar, nuestra fuerza de trabajo necesita preparación y herramientas. Revigorizar a la fuerza de trabajo estadounidense proporcionándole a la clase media múltiples vías basadas en las oportunidades será fundamental para revitalizar nuestra economía y fortalecer la competitividad mundial de Estados Unidos. El propósito de este informe es promover un debate nacional entre los líderes empresariales, los educadores, los formuladores de políticas y el público en general sobre el papel de la educación profesional y técnica (CTE) en los Estados Unidos.
Educación profesional y técnica: cinco vías redituables
Dado que han desaparecido los trabajos que sólo requerían escuela secundaria completa o menos, la educación postsecundaria y la capacitación en el empleo y en las escuelas se han convertido en las puertas de entrada a la clase media. Los programas de educación y formación se denominan comúnmente educación profesional y técnica (CTE). El sistema de CTE estadounidense es singular, flexible y responde bien a los cambios en las condiciones del mercado laboral. La parte uno de este informe explora en detalle las cinco vías principales de CTE a nivel sub-bachillerato. La parte dos enumera para qué oficios prepara la CTE a los trabajadores estadounidenses.
Inversión corporativa en la comunidad: el futuro de las comunidades y la competitividad en Estados Unidos
El Centro de Liderazgo Cívico Empresarial (BCLC) de la Cámara de Comercio de Estados Unidos estima que las empresas proporcionan entre 6,000 y 8,000 millones de dólares anuales en contribuciones filantrópicas a comunidades de todo el país. Pero estas contribuciones a la comunidad son sólo la punta del iceberg.
Informe sobre la situación de la inversión corporativa en la comunidad
El año pasado, el Centro de Liderazgo Cívico Empresarial llevó a cabo esta investigación en dos frentes: (1) convocando foros a nivel comunitario, de intercambio de información y de creación de asociaciones en ocho regiones del país y (2) asociándose con el Centro de Filantropía de la Universidad de Indiana para encuestar a funcionarios de empresas de todos los tamaños para analizar cómo intervienen en sus comunidades locales. Contrariamente al estereotipo popular de que las empresas trasladan rápidamente sus operaciones de una comunidad a otra, muchas optan por permanecer en determinados lugares durante años e invierten importantes sumas de dinero en esas comunidades.
Aunque las conclusiones del informe sobre la situación de la inversión corporativa en la comunidad no son definitivas, indican que la inversión corporativa en la comunidad (CCI) está motivada por el deseo de mejorar las condiciones competitivas y la calidad de vida del lugar, "retribuir" a la comunidad, y reclutar y retener a empleados y clientes. Los resultados de nuestras investigaciones nos llevan a creer que la forma en que las empresas y sus socios invertirán en las comunidades locales en el futuro será diferente que en el pasado.
Potencial
desaprovechado
Los niños estadounidenses representan un gran potencial desaprovechado en nuestro país. Para muchos jóvenes, las opciones son limitadas y el objetivo de una adultez productiva es remoto. Este informe ofrece un panorama de quiénes son estos niños, cuáles son sus percepciones y reflexiones sobre los obstáculos que enfrentan, y ofrece vías de avance para Big Brothers Big Sisters mientras se somete a un proceso de planificación estratégica a nivel nacional para iniciar una estrategia de compromiso y promoción que proporcione a los niños en riesgo las herramientas que necesitan para tener éxito.